La aplicación consiste en lo siguiente: Aprovechando el tirón de las redes sociales más famosas, la compañía holandesa ofrece a sus clientes la posibilidad de subir su perfil de LinkdIn o Facebook en el momento de comprar su asiento en un vuelo, para que, quien venga detrás, pueda ver su perfil y decidir si quiere sentarse a su lado o no. El servicio solo puede usarse en vuelos transoceánicos o de largo recorrido.
Evidentemente, y como era de esperar, las críticas no han tardado en aparecer. FACUA, la organización en defensa de los derechos de los consumidores, afirma que el invento va a potenciar la discriminación hacia personas obesas, o mujeres embarazadas. Y que además, puede convertirse en un reclamo sexual (aaay, diablillos… que siempre estáis pensando en lo único).
Eso, por no hablar de la otra variante de relaciones que pueden surgir durante el aburrido, largo y monótono trayecto de un vuelo largo. ¿Quién no ha fantaseado alguna vez con ese argumento tan novelesco de conocer a la persona de tu vida en un avión, a partir de la maravillosa coincidencia de ir leyendo el mismo libro? Amigos, nunca más tendréis que llevar a cuestas ese sobado y jamás leído ejemplar de bolsillo de “El Diario de Bridget Jones” esperando tan remota y patética casualidad con vuestra compañera de viaje (aparte, ese libro dejó de estar de moda entre las treintañeras hace años; a ver si estamos a lo que estamos). Ahora, desde Facebook ya podremos echar un vistazo, antes de que se enciendan los motores, a su escaparate personal (ojo, que los holandeses saben de escaparates; ver Barrio Rojo de Amsterdam) y buscar a esa persona especial y maravillosa, con intereses comunes, con la que podremos comentar esas magníficas películas aún no estrenada en España y dobladas con audio latino que previsiblemente nos tragaremos sin pestañear durante el trayecto.
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