lunes, 5 de marzo de 2012

“Waiting for Superman”: La lotería de la educación


Bajo el sugerente título de “Esperando a Superman”, llegó hace un par de años el documental que se encargó de abrir la tapa del gran contenedor basuril del sistema educativo americano y vaciarlo en nuestras narices. El título hace referencia a la gran esperanza del sufrido pueblo yanqui de que, al fin, llegue un mesías educacional que rescate a sus hijos de la mediocridad (y más que previsible fracaso) a que les somete el nefasto sistema escolar público (fans de DC Comics que esperasen ver a un tío volando con la ropa interior por fuera, keep out).

Producido por Bill Gates, que también aporta su testimonio en un momento dado (hay que decir que bastante metido con calzador, ¿no bastaba con salir en los créditos, Bill?) “Waiting for Superman” nos plantea una realidad demoledora: la educación pública en el país de las hamburguesas es un fracaso total, sustentado en cifras. A través de varios niños que cursan primaria con evidentes problemas de aprendizaje, asistimos a un recorrido por el alcantarillado de las “Elmental Schools” americanas, atascadas de profesores incompetentes (a continuación hablaremos de “el baile de los limones”) y de oscuros intereses de los sindicatos de teachers, para tormento de nuestras pituitarias.

En Estados Unidos, los profesores obtienen un contrato llamado “plaza” a los dos años de comenzar a ejercer; esto significa que, una vez obtenido dicho contrato, hagan lo que hagan, no se les puede despedir (me da igual si no aprendéis, a mi me van a pagar igual). En la película hay imágenes de docentes jugando a las cartas, leyendo e incluso durmiendo en salas de profesores. El “plaza” surgió en la década de los cincuenta, entre los profesores de universidad, para blindarlos ante posibles cambios políticos. A través de los años, este contrato se ha convertido en un sucedáneo de nuestro funcionarial y españolísimo “sueldo Nescafé”; una pena que a los States no haya llegado esta coña, habría sido un buen gancho publicitario con George Clooney entornando los ojos ante un profesor asobinado encima de su mesa. What else?

A partir del contrato “plaza”, nos encontramos con uno de los fenómenos que más me llamaron la atención; es lo que un docente en la peli llama "el baile de los limones”. Todos los colegios tienen profesores manifiestamente incompetentes,  son los llamados “limones”. Están ahí, y todo el mundo les conoce. A final de año, cada colegio manda sus “limones” a otro colegio, quitándose el problema de encima; solo que de forma eventual, ya que a esa escuela llegarán nuevos “limones” procedentes de otra, con su contrato “plaza” bajo el brazo, dispuestos a no hacer nada durante todo el curso y esperar nuevo destino a final de año. Los profesores “buenos” desean esperanzados que cada vez les vayan llegando “limones” de mejor calidad, y así tratar de hacer algo de zumo; pero el problema se irá prolongando año tras año.

Con semejante panorama, ¿qué hacen (algunos) padres? Tratar de evitar por todos los medios la educación pública convencional y buscar otras alternativas, también públicas pero “off system”. En la película se recoge el trabajo de educadores como Geoffrey Canada, un profesor asqueado del funcionamiento del sistema, que ha decidido dar un giro a la situación diseñando un sistema educativo de calidad, e independiente de los sindicatos de profesores. Estos centros se financian con dinero público, con lo que el acceso sigue siendo libre; pero es tal la demanda de plazas, que al final (y para que todos los niños tengan las mismas opciones) la selección de alumnos se hace de forma aleatoria, por medio de una lotería (literal); un bombo lleno de bolas. Si sale tu número, estás dentro; si no sale, buena suerte (¡y lo peor, es que no hay calvo!).

Una película muy interesante con algunos momentos de auténtica traca (insisto en la aceporrada imagen de los profes durmiendo como marmotas, ver para creer), y que invita a la reflexión: inevitable hacerlo después de ver la expresión de un niño esperando a que le toque la lotería de la educación.

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